UNA DE TANTAS LEYENDAS DE LIBÉLULAS

Cuenta la leyenda que estaba prohibido que las hadas convivieran con los mortales por temor a que se establecieran vínculos entre ellos.

Algunas hadas mas intrépidas desobedecieron las normas de los Dioses y Ariadna, la diosa y dueña de la Luna, las castigo quitándoles la forma humana que las hacia tan semejantes a los hombres, condenándolas a ser únicamente insectos.

Sin embargo a la Diosa no se le permitió dejarlas sin las facultades que son parte de su esencia, la belleza, la capacidad de leer los pensamientos, la intuición que les hace saber lo que es cierto y lo que no lo es, y el privilegio de convertir los sueños en realidad, abrir los caminos del aire y volar tan rápido que nadie pudiese seguir su estela...

Pasó el tiempo muy deprisa y las cosas cambiaron. La prohibición de no convivir con los humanos fue abolida, sin embargo cuando la Diosa Ariadna indultó a las hadas que había convertido en Libélulas estas se negaron a volver a su estado anterior.

Se habían acostumbrado a convivir con los humanos sin despertar sospechas ni recelos de los humanos. Eran libres, mucho mas libres que cuando tenían que esconderse al menor aviso de humanos en el entorno.

Así que desecharon la propuesta y ya para siempre son esas maravillosas criaturas que nos rodean en los bosques, ríos, lagos, mares, ...y que su sola presencia nos deleita el día.

No debéis olvidar que siguen siendo mágicas y que su labor es ayudar a que los sueños y las ilusiones de los humanos se cumplan.

 Así que si una Libelula te ronda, no dudes en contarle tus sueños, espera serénamente a que tus sueños sean convertidos en realidad. 

PERO MIENTRAS ESTÉS DESPIERTO NO DEJES DE PERSEGUIR TUS SUEÑOS E IR A POR ELLOS.

Foto de Lavativarios